miércoles, 18 de marzo de 2015

La mirada de un alumno en prácticas: Asier Delgado

Plantar lechugas o patatas, analizar el Ph del suelo, compartir experiencias y conocimientos entre jóvenes y mayores. Nadie pensaría que este podría ser un día cualquiera en un instituto pero  es el caso del IES Miguel Catalán. Hoy, miércoles 18 de marzo, he tenido la oportunidad de compartir una clase de laboratorio con los alumnos y alumnas de Biología y Física y Química y mayores de la localidad de Coslada. Como estudiante en prácticas del Departamento de Orientación he de decir que este es un claro ejemplo del horizonte que se abre a la hora de caminar y construir procesos de enseñanza-aprendizaje renovadores a través  de proyectos interdisciplinares y que serán esenciales para la vida conectando además a diferentes generaciones. Compartir dudas, inquietudes, intereses, sonrisas y alegrías entre alumnos, alumnas, profesoras, y personas mayores voluntarias son solo alguna de las pequeñas cosas que se esconden detrás de cada descubrimiento en una probeta. La necesidad de vincular los aprendizajes a la tierra y a la experimentación vivencial de sus propios protagonistas es impresncidible para hacer de la educación un proceso siginificativo y participativo. Nos encontramos así con que transformar los suelos de los patios de recreo que habitualmente están dominados por el gris asfalto en espacios verdes y vivos son una herramienta más para cambiar la educación y nuestro entorno más cercano que habitamos.



Asier Delgado

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